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17 de diciembre de 2010

Adiós chupete, adiós...

Sin duda es uno de los momentos críticos de cualquier padre/madre: quitar el chupete. Te pasas días retrasándolo y pensando lo mal que lo pasará tu niño o tu niña. ¿Llorará muchas noches? ¿tendré que volver a dárselo? Un dilema... sin duda.
Sin embargo, no es tan fiero el león como lo pintan. No es algo tan difícil, y los que lo hemos pasado ya como padres, lo sabemos. De todos modos no vienen mal unas estrategias para casa que nos sirvan de apoyo. Desde luego, hay variedad de opiniones y de formas de hacerlo. Algo importante es tener en cuenta la edad del niño (madurativa), ya que es igual de desaconsejable quitarlo muy pronto como quitalo muy tarde. La edad más apropiada para hacerlo oscilaría entre el año y medio y los dos años y medio. Si tenemos en cuenta que una de las funciones más importantes del chupete es calmar al niño, sobre todo de las rabietas de los dientes, no tiene sentido que lo dejemos más tiempo, ya que a los dos años salen las últimas muelas.
Utilizar el chupete (y quien dice chupete dice biberón) más allá de los 3 años alarga el período de succión y desfavorece el lenguaje oral, además de deformar el paladar del niño, entre otros muchos inconvenientes. También desfavorece la maduración emocional. Por tanto, hemos de decirle ADIÓS al chupete en su momento, sin dudarlo. El chupete no puede ser utilizado como "silenciador", ni tampoco como "tranquilizador", salvo en casos muy excepcionales.
Como os he dicho hay muchas técnicas y yo he oído de todo. Aquí os dejo algunas:

Algo fundamental es irlo convenciendo unos días antes, sin prisas, esperando que él lo asimile. Para ello:
  • Podemos decirle al niño que ya es mayor y que el chupete se lo van a llevar los Reyes Magos y le van a traer un juguete a cambio (estamos en la mejor época para esta).
  • Podemos decirle que se lo va a llevar el basurero porque está sucio o tirarlo a la basura con su consentimiento y que vea que está en la bolsa. Para ello podemos cortarlo o ensuciarlo para que el niño no quiera metérselo en la boca.
  • Podemos tirárselo a los patos del parque o a los peces, o a otro bebé más pequeño que tengamos cerca... en fin, todo lo que se nos pueda ocurrir, la idea es que él sea el que lo entregue, después de convencerlo de que ya es un niño o una niña grande y no lo necesita.
Bien, si hemos conseguido esto (que parecía lo más difícil), nos quedan ahora los primeros días sin él... Algunos niños no lo vuelven a pedir, sin embargo, la mayoría sí lo hacen. Entonces llega el momento de ser firmes, porque no nos serviría de nada todo lo anterior. NO PODEMOS VOLVER A DÁRSELO.
Si lo que le cuesta más es dormir sin él, podemos darle un "peluche de niño mayor" que le ayude a conciliar el sueño. Por supuesto, habrá que armarse de paciencia y de voluntad para no caer en la tentación de ir a comprarle otro (es mejor pasar un par de malas noches, que muchas). Y si es por el día cuando lo pide, podemos entretenerle con otras actividades para distraerle del tema. Podemos también contarle un cuento (aquí os dejo dos de muestra, pero hay muchos).
ADIÓS AL CHUPETE!
Ilustrado por Marta Munté. Editorial Planeta, S.A
Cuando era pequeño, Carlos llevaba chupete todo el día, pero ahora es más mayor y mamá le ha dicho…. Un divertido libro con solapas y lengüetas que al moverlas le da mayor diversión a la historia de Carlos. Una historia que seguro gustará a tu peque y le servirá para poco a poco quererse parecer a Carlos….

QUIERO MI CHUPETE.
 Antonia Rodenas. Colección Sopa de Letras. Anaya
Su pequeño protagonista usa el chupete sólo para dormir hasta que un buen día su mamá decide que ya ha llegado el momento de dormir sin chupete….

El escrito es muy sencillo y suena a música pues riman sus frases. Las ilustraciones plasman perfectamente los momentos de paz y los momentos de desasosiego que el niño pequeño vive cuando ya no tiene el chupete para obtener confort.
Realmente, hay que proponérselo. Pensad que cuanto más edad tiene el niño, más tiempo lleva con el hábito  y más costará quitárselo. Ya sabéis que si tenéis cuaquier duda podéis preguntar.

2 comentarios:

  1. Yo dejé que el de Ainhoa se desintegrase él solito...puag, daba repelús pero fue la única manera de quitárselo.
    Lo guardo, eso sí, que soy muy fan de atesorar tontadicas así.
    A Dani no le hizo falta, no había chupete que igualase a su dedo. Ains..... con la ortodoncia tuvimos suficiente.
    Están chulos los cuenticos, me encantan.

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  2. A mí a Dani no me costó nada quitárselo. Tenía un peluche y lo consoló un par de días. Pero Ariadna lloró mares por su chupete. Aunque no volvió, porque no era cuestión de echarse atrás.
    Difícil tarea, pero no hay más remedio...

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